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El Asno Salvaje y el Doméstico


Un asno salvaje, que buscaba alimento por las lomas, divisó a otro doméstico, que comía a boca llena pero prisionero en el potrero.
Entonces, aproximándose, le habló así:
—Colega, se te ve reluciente y alegre. Tienes abundante comida y disfrutas regalada vida.
—Así es —repuso el doméstico—; de estar bien alimentado no me quejo, pero me cuesta mucho ganarlo.
No bien acababa de hablar cuando apareció el amo, látigo en mano, para llevarlo a la cabaña.
A poco reaparece el doméstico con una pesada carga en el lomo y detrás suyo el arriero.
—Si ese es el precio de tu buena vida —dijo el salvaje—, no tengo por qué envidiar tu suerte. Prefiero ser libre y no esclavo por un poco de alfalfa.
Moraleja:
Más amo libertad con pobreza, que prisión con riqueza.

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