Una vieja encina daba albergue a un águila, con sus crías, a una gata montés y a una jabalina y sus jabatos.
Todos vivían en paz y armonía. Mas, una mañana la gata pérfida habló así a la Reina de las Aves:
—La fiera que habita abajo no cesa de cavar para derribar el árbol. Luego que haya caído se comerá a nuestros hijos. ¡Vivamos con cuidado!
El águila quedó preocupada. Entre tanto, la gata musitó a la jabalina:
—Platiqué con el águila y pienso que espera el momento en que te marches para devorar a tus hijos.
En conclusión, el águila y jabalina resolvieron no abandonar sus casas…, pereciendo todos de hambre.
La gata y sus crios se hartaron con los despojos de quienes dieron oídos a chismes de vecindad.
Moraleja:
A qui te engaña con un cuento, desprécialo al momento.
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